Arte rupestre en Aldeaquemada
Una aproximación al arte rupestre de Aldeaquemada
El continente inmueble, los recursos y el contexto territorial
El comité de la Unesco declara Patrimonio de la Humanidad el arte rupestre del arco mediterráneo por tratarse del mayor grupo de pinturas rupestres de Europa, que ofrece una imagen excepcional sobre la evolución de la cultura humana. Estas pinturas se produjeron en una fase crítica del desarrollo humano y son únicas en su estilo y temática.
La candidatura incluye 757 yacimientos de Cataluña, Valencia, Aragón, Murcia, Andalucía y Castilla-La Mancha, aunque la mayoría se encuentran en la provincia valenciana de Castellón.
El conjunto lo forman más de 750 localizaciones en abrigos rocosos o acantilados en los que se han hallado grafismos o imágenes de tipo figurativo que van desde simples trazos geométricos hasta escenas que representan a animales y seres humanos en composiciones rituales de caza, recolección, danza o guerra. Un gran conjunto de arte rupestre (arte paleolítico, arte levantino, arte esquemático, arte macroesquemático), desde los Pirineos hasta la provincia de Granada, ha conseguido de esta manera una protección importante.
En Aldeaquemada existen varios grupos de pinturas rupestres, calificadas como de estilo «esquemático», en diversos abrigos del término municipal. Las pinturas son representaciones humanas, escenas de caza, animales y simbólicas. Uno de los abrigos más representativos es la Tabla de Pochico, situada al lado del Paraje natural de Cascada de la Cimbarra. La UNESCO declaró como Patrimonio de la Humanidad a 19 yacimientos de Arte Rupestre Levantino y Esquemático de este municipio, entre ellos el mencionado de la Tabla de Pochico.
El enclave
Abarca casi un millar de kilómetros en las diferentes comunidades autónomas citadas en un entorno montañoso abrupto y elevado que sirvió de refugio a los grupos humanos autores de estas representaciones, realizadas en su mayor parte sobre soporte calizo.
La cascada de la Cimbarra, es uno de los paisajes arqueológicos de la zona a cien metros de la Tabla de Pochico una de los abrigos más accesibles.
Historia del objeto patrimonial
El período en el que se circunscriben estas manifestaciones de arte rupestre en Aldeaquemada es el del Epipaleolítico y el Neolítico, es decir, entre el 10.000 y el 2.000 a.C., época en la que se estabiliza el clima y comienza nuestra actual era geológica.
El 2 de diciembre de 1998 el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, reunido en Kyoto (Japón), incluía en la Lista de Patrimonio Mundial el arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica. Estas manifestaciones artísticas de indudable valor pasaban a considerarse como Patrimonio de la Humanidad, suponiendo un paso adelante en la conservación, estudio y difusión de este arte prehistórico. G. H. Bandi consideró el arte rupestre como «el legado más vivo de cuanto nos legaron las poblaciones prehistóricas de Europa». Desde este momento poco más se ha hecho por la conservación, visita y puesta en valor del conjunto.
Situación de las pinturas y perfil del turista
El perfil del turista que demanda el conocimiento de arte rupestre es un individuo interesado conocedor del arte e involucrado con la naturaleza, sabe que es tan importante las pinturas en sí, como el entorno que las rodea, sabe que la recompensa de la visita no solo está en la llegada a las pinturas si no en el recorrido por las rutas que llevan hasta ellas.
Mantener un entorno cuidado es un afán de los responsables de la localidad, que en pequeñas poblaciones y contando con pocos medios, es más una voluntad que lo que verdaderamente pueden hacer por mantener el arte rupestre en Aldeaquemada. Para el visitante poder disfrutar de unas pinturas del neolítico tardío, deben conservar su entorno en bien preservado y cuidado, de esta forma no sólo puede observar la manifestación artística sino el entorno que lo concibió. Muy pocos monumentos podemos enumerar que no estén “contaminados por su contexto” y necesitemos de un aislamiento mental, a la hora de observarlos, para comprenderlos en un ámbito de siglos o milenios atrás.